En el universo todo es coherente, todo se relaciona de manera lógica y sin contradicciones, y el resultado es un ecosistema, que se mantiene en perfecto equilibrio, en el mundo natural donde no interfiere el hombre, la vida fluye sin lucha, ni sentimentalismos innecesarios, con una belleza trascendental, que nos deslumbra sin que sepamos a ciencia cierta por qué..
Cuando el ser humano contempla la naturaleza y se sumerge en ella con todos sus sentidos, experimenta una intensa calma, porque a un nivel muy profundo entramos en resonancia con la coherencia que hay en ella, y es que cuando hay una conexión sincera entre lo interno y lo externo, no hay contradicción, ni conflicto, solo una expresión veraz, sobre la que se cimenta la paz interior.
Cuando dices que si a las exigencias del entorno, pero en realidad quieres decir no, te contradices, y esta contradicción fractura el puente de congruencia entre lo que realmente quieres hacer, y lo que terminas haciendo, si no actúas en consecuencia con tus profundos deseos, y necesidades vitales, desequilibrarás tu ecosistema mental, y abrirás una brecha en las barreras de protección de tu universo interior. Quedarás expuesto y vulnerable, creando un ambiente propicio para entrar en estados de frustración y confusión.
Todo acto tiene su consecuencia, por consiguiente debemos ser cautos y conscientes con los nuestros, procurando que nuestras acciones estén en consonancia con lo que realmente queremos hacer, obrar de esta manera nos ayudará a mantener la armonía en nuestra mente y la salud en nuestro cuerpo.
Mantener sana la conexión entre lo que queremos y lo que hacemos, no es un salvoconducto que nos liberará de experimentar las mal llamadas emociones negativas, simplemente las viviremos de una manera fluida y sin tanto dolor innecesario. Experimentar alegría, tristeza, rabia, sosiego, es lo más normal, nada permanece inmutable, todos estamos sometidos a las leyes del universo, y una de ellas es el cambio constante, así que nuestros estados emocionales están incluidos, y aún cuando seamos consecuentes con nuestros pensamientos y acciones, a lo largo de nuestra vida seguiremos degustando la amplia gama de emociones, que la naturaleza a puesto a nuestra disposición, por el simple hecho de ser seres pensantes.
Siempre invito como en muchos otros temas que he tocado, a usar nuestro personal y muy eficiente kit de herramientas, esta vez insto a usar nuestra inteligencia al desnudo, desprovista de subterfugios como la culpa, el victimismo, y otros más que ahora no nombraré, pensemos sin apasionamientos, con total objetividad, y
sin teñir de drama los hechos en los que nos vemos envueltos, porque así evitaremos culpar a los demás, y eludiremos el resentimiento que todo lo contamina. Analicemos todo desde la humildad y la compasión, con la mirada puesta en la confianza de que si somos buenos con nosotros, y tomamos las decisiones que realmente queremos tomar, esta bondad abonará nuestro camino, para que florezcan grandes y pequeños eventos que traerán paz y armonía a nuestra existencia.
Cuidando amorosamente de nosotros, devolveremos el amor al mundo que nos rodea, siendo fieles a nosotros primero, aprenderemos de lealtad y compromiso, nuestra vida volverá a su cauce, como vuelve todo a su sagrado origen, y restauraremos el equilibrio en la Tierra...Sembremos las semillas de la coherencia, y cosecharemos la Paz para todas las generaciones venideras...
¡Habremos cumplido con la responsabilidad encomendada en silencio a nuestra alma, en el momento mismo de "nuestro alumbramiento en este planeta azul" !
Preciosa reflexión. Te felicito