Nuestros ojos son una maravilla, ellos son unos de los canales que nos ayudan a mantener contacto
directo con todo lo que nos rodea, sin que necesitemos de nadie para que nos ayude a saber que hay allí fuera, a través de ellos recolectamos información que se almacena en nuestro cerebro para su posterior uso, en cualquier situación que se nos presente en nuestras vidas. Nuestros preciosos oídos también sirven como receptores de información, la acústica posee una reverberación poderosa que deja su marca fuertemente anclada en el inconsciente, allí también acudiremos en busca de datos valiosos a fin de estructurar respuestas a las miles de interrogantes que se nos plantearan durante el viaje de la vida.
Estos órganos se nutren de la información externa, y esta información estará teñida con los colores de las infinitas combinaciones que producen la subjetividad, los prejuicios, las ideas preconcebidas, los paradigmas obsoletos, etc. Por lo tanto son datos contaminados, ellos traen impresos unos mensajes con instrucciones que muy probablemente no se adapten a tu carácter, a tus necesidades, tu entorno, y lo que es más importante, a tus talentos y capacidades únicas.
Cada ser posee unas particularidades únicas, que le confieren su carácter y condicionan sus acciones y sus necesidades, dentro de un mismo ambito, llámese sociedad, hogar, escuela o trabajo, aún cuando estemos inmersos dentro de una serie de condiciones iguales o parecidas, cada uno de nosotros tendrá necesidades distintas, reaccionará de forma diferente, y hasta percibirá el mismo entorno de otra manera, desenvolviendonos sutilmente diferente. Aun cuando las condiciones que nos rodeen sean idénticas, el comportamiento de cada individuo será diferente ante ellas.
Y es que los descubrimientos más importante siempre serán hechos en nuestro interior, los que hagamos sin siquiera movernos de donde estamos, con solo sentarnos en silencio, y mirar muy profundamente hacia dentro, descubriremos que la respuesta a cualquier situación que nos parezca un "problema", habita dentro de nosotros esperando a que la encontremos y usemos para impulsarnos hacia nuestros objetivos.
Recomiendo practicar un olvido sistemático y selectivo de todas las creencias limitantes que hemos aprendido con la recolección de datos externos, y que nos adentremos en el taller interior donde tenemos nuestras herramientas intangibles de trabajo, con esto me refiero a nuestros talentos. La auto confianza han sido a través de la historia el innegable poder de todos los hombres exitosos y poderosos. Muchos de ellos prácticamente sin ningún recurso económico lograron llegar a sus metas, gracias al uso de sus mejores talentos y convencimiento absoluto sobre ellos.
Recupera el saludable hábito de confiar en tus fuerzas, e ignora las recomendaciones que se supone sirven para todos, y se han usado siempre, vuelve a escucharte, al final nadie sabe más de ti que tu mismo, sigue tu intuición, observa tranquilamente el entorno y encontrarás posibilidades que antes no lograbas ver. Sé tu propio guía y diseña el camino que quieres transitar, haz aquello que mejor sepas hacer porque a eso has venido y en ello radica tu éxito y felicidad. En la naturaleza todo obedece a un patrón lleno de perfección, y nosotros no somos la excepción.
A casi todo el mundo le encantan las cosas a medida, hazte una vida a tu medida mediante el uso constructivo de tus habilidades, sin perder tiempo con lamentaciones, no hace falta como dicen por ahí reinventarse, solo conocerse bien, confiar en nuestras dotes naturales, potenciarlas y lanzarnos a la acción con convencimiento total en nosotros mismos.
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