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Foto del escritorXiomara Iglesias

Lino, o Linaza


El nombre científico de la planta dice mucho: Linum usitatissimum, “lino utilizadísimo”. Su cultivo se inició probablemente en Oriente Próximo hace unos 10.000 años, y desde hace 5.000 años se tienen

referencias históricas del uso de su fibra para confeccionar ropa y fabricar cuerdas, entre otros muchos usos.

Las momias egipcias se envolvían con sábanas de lino que simbolizaban la pureza y la luz divina. Hasta el siglo XVIII fue la fibra más utilizada por los europeos junto con la lana hasta que fue sustituida por el algodón y los materiales sintéticos.

Actualmente la mayor parte de la cosecha mundial se destina a la producción de aceite con fines industriales —se emplea en barnices y pinturas— y en la alimentación animal.


Las dos variedades de semillas de Lino más conocidas y consumidas, son las de tono dorado y marrón/rojizo. Si son de color blanco o verde quiere decir que han sido cosechadas antes de tiempo y si, por el contrario, son oscuras rozando el negro significa que las han recolectado mucho después de lo que correspondía. Estas últimas, las de color negro, no deben ser ingeridas en crudo. 



Propiedades de las semillas de Lino


Las semillas de lino poseen tres propiedades nutricionales que las destacan entre los demás alimentos.

1. Campeón en omega-3

La primera es el contenido de ácido alfalinolénico, el padre de la familia omega-3. Es ácido alfalinolénico en un 57%. 15 g de semillas aportan el 135% de las necesidades diarias de omega-3.

Este aporte ayuda a corregir la descompensación a favor de los omega-6 –se halla en aceites y margarinas de girasol, maíz y otras grasas vegetales– en la mayoría de las personas, lo cual provoca una tendencia a la inflamación.

2. Una fibra peculiar: lignanos

La segunda gran cualidad es la presencia de lignanos, compuestos similares a la fibra —con todos sus beneficios para la digestión— que además son antioxidantes, pues son polifenoles.

También posee mucílagos –fibras con nombres tan enrevesados como arabinoxilano y galactoxilano– que al disolverse en agua forman un gel con efecto muy beneficioso sobre el tracto intestinal.

3. Vitaminas de la energía

Proporcionan vitamina B1, un nutriente que participa en los procesos de producción de energía a partir de los alimentos y resulta esencial para la salud del corazón y del sistema nervioso. 15 g de semillas aportan aproximadamente el 15% de las necesidades diarias.




Beneficios de las semillas de Lino de Lino


Las tres propiedades fundamentales de las semillas de lino actúan separada o conjuntamente sobre distintos sistemas fisiológicos.

Para obtener sus beneficios, los nutricionistas aconsejan consumir de 40 a 50 g diarios de frutos secos y semillas. De esta cantidad, entre 10 y 15 g (dos cucharadas soperas) pueden ser de semillas de lino.

1. Protección para el corazón

Uno de los más beneficiados por el consumo regular es el sistema cardiovascular.  

El organismo descompone el ácido alfalinolénico en ácido eicosapentaeinoico y ácido docosapentaenoico, los otros dos miembros de la familia omega3. En conjunto poseen un efecto antiinflamatorio al favorecer la síntesis de prostaglandinas PG3 que ayudan a mantener en buen estado los vasos sanguíneos.

También evitan la acumulación en ellos de colesterol y triglicéridos, lo que contribuye a la prevención de enfermedades como la arterioesclerosis y, en consecuencia, los infartos cardiacos y cerebrales o trastornos circulatorios como la claudicación intermitente, que impide caminar sin dolores a tantas personas mayores.

La mayoría de estudios clínicos realizados muestran que el consumo de 30 a 50 g de linaza molida al día reduce el colesterol total entre el 6 y el 13% y el colesterol malo LDL del 9 al 18%.

Un ensayo canadiense sugiere que el efecto anticolesterolémico resulta especialmente pronunciado en las personas jóvenes, donde la incidencia del trastorno ha aumentado a lo largo de los últimos años debido a los desequilibrios dietéticos.

2. Reduce la inflamación

Varios estudios confirman que comer platos enriquecidos con semillas de lino reduce hasta un 15% los niveles sanguíneos de proteína c—reactiva, un indicador del grado de inflamación.

El efecto antiinflamatorio de la linaza ha justificado que se recomiende en el tratamiento sintomático de las enfermedades autoinmunes, como la artritis, la psoriasis y el lupus.

3. Equilibrio hormonal y prevención del cáncer

Tres de los lignanos que se encuentran en las semillas –secoisolariciresinol, matairecinol y pinoresinol— son convertidos por las bacterias beneficiosas intestinales en enterolactona y enterodiol, compuestos que, tras una serie de acciones regulares en el sistema hormonal, producen efecto preventivo ante los cánceres de mama y próstata.

Junto a la hormonal, otra vía por la que las semillas de lino pueden prevenir los tumores está relacionada con un incremento de la actividad de las enzimas desintoxicantes que eliminan agentes cancerígenos o precancerígenos. De esta manera reducen el riesgo de sufrir cáncer de colon, por ejemplo.  

Los lignanos resultan también anticancerígenos porque son polifenoles antioxidantes. Cuando se desea obtener antioxidantes se piensa en primer lugar en las frutas y las hortalizas, pero las semillas de lino se encuentran entre las primeras posiciones de la clasificación de alimentos ricos en polifenoles, el grupo más importante de agentes que protegen el material genético de los ataques de los radicales libres.

El consumo de polifenoles está asociado con un riesgo menor de sufrir enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, diabetes y síndrome metabólico.

4. Terapia contra el síndrome metabólico

Ante este trastorno se puede incluso utilizar como terapia. Un ensayo ha probado que puede reducir los síntomas tomando diariamente, durante tres meses, 30 g de pan enriquecido con semillas molidas.

Este estudio indica que las semillas reducen la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre. Además ayudan a controlar el peso, reduciendo en especial la grasa en la cintura, que es donde hace más daño.

5. Contra enfermedades neurológicas

Los ácidos grasos esenciales omega-3 forman parte de la composición de lasmembranas neuronales, donde se producen las reacciones bioquímicas necesarias para el buen funcionamiento del cerebro.

Esto ha hecho pensar que el aceite o las semillas de lino podrían utilizarse para combatir diferentes alteraciones neurológicas o para conservar y potenciar las facultades intelectuales.

Las revisiones de estudios indican que puede ser de ayuda en algunos casos de déficit de atención e hiperactividad infantil, y que puede prevenir y reducir los síntomas de algunas psicosis y del trastorno bipolar.

6. Ayuda a controlar el colesterol 

El altísimo contenido en Omega 3 hace de estas simientes un aliado perfecto para el control de los niveles de colesterol. La Universidad de Cambridge ha publicado dos estudios en los que queda demostrado el efecto directo entre el consumo de las semillas de lino y la bajada de estos. El colesterol es una de las mayores causas de riesgo de accidente cardiovascular por lo que mantenerlo a raya es una clara ventaja para la salud. 

7. Favorece el tránsito intestinal 

La cantidad de fibra que contiene el lino mejora de manera directa el tránsito intestinal. Además, una buena digestión está relacionada con una ventaja a la hora de perder peso por lo que, es habitual que algunos dietistas y endocrinos introduzcan el lino en los regímenes de adelgazamiento.

8. Es un potente antioxidante 

La carga de vitaminas E y B y el Omega 3 lo convierten también en un gran suplemento de belleza, ya que tanto la piel como las uñas y el pelo se verán fortalecidas si se empieza a consumir lino de manera regular. 





Como consumir las semilla de Lino

Lino molido

Es la opción en la que más aporte nutricional se puede obtener de este alimento. La semilla en crudo tiene una cáscara demasiado dura para masticarla con facilidad y los ácidos del estómago tampoco son capaces de deshacerla por lo que, de no tomarlo molido, el lino pasará por nuestro intestino sin hacer efecto alguno. El lino molido se puede espolvorear en cualquier comida, siendo común hacerlo sobre bebidas, ensaladas y yogures.  

Lino con agua 

Es la manera de tomarlo si el efecto que buscamos al ingerirlo es laxante. Estas semillas son ricas en mucílagos, unas fibras vegetales que al contacto con el agua crean una sustancia gelatinosa, que es la que hace del lino humedecido un gran aliado del buen tránsito intestinal. Aunque funcionan igual si se humedecen previamente que si se toman en seco y se bebe un gran vaso de agua después, una manera muy común de consumirlo es tras haberlo dejado en remojo durante toda la noche en un vaso de agua. 

Lino seco

El lino es demasiado duro para consumirlo directamente entero y, aunque en cantidades adecuadas no es perjudicial, tampoco producirá beneficio alguno en nuestro organismo.


Aunque las propiedades beneficiosas de las semillas de lino están avaladas por numerosos estudios y expertos en nutrición, no podemos olvidar que no todos tenemos las mismas necesidades y que, según cuál sea el estado de nuestra salud, algo tan nutritivo como puede ser este alimento quizás no es lo que mejor nos sienta en un momento dado. Así, si sufrimos problemas como la diabetes, una cardiopatía, complicaciones intestinales o simplemente estamos esperando un bebé, es recomendable consultar con un médico antes de introducir el lino como un alimento habitual en nuestra dieta.

 







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